A lo largo de los años nos han enseñado que un fuerte apretón de manos, una excelente vestimenta y un currículum vitae conciso son fundamentales para crear una buena primera impresión. En la actualidad, esos tres elementos no son suficientes para dejarnos siempre las puertas abiertas.
Hoy, existen muchas más plataformas a las que nos hemos subido y que tenemos que cuidar con mucho esmero. De Twitter a Facebook a Google, nuestra “presencia digital” forma parte de nuestra personalidad como individuos. Las nuevas formas de Reclutamiento hacen verdaderas pesquisas en las redes sociales para evaluar a sus posibles candidatos. Tal conjunto de cualidades han dado origen a la táctica conocida como Personal Branding o Marca Personal.
Crear una marca exitosa es algo muy difícil. Prestigiar un nombre y un estilo de servicio, de forma tal que la simple mención de nuestra marca genere respeto y confianza, ciertamente es la aspiración de todo emprendedor.
Si tú deseas disfrutar de los beneficios de tal nivel de posicionamiento, tienes dos opciones, ambas igualmente valiosas: construir tu propia marca o bien, adquirir una franquicia.
La gran mayoría de nosotros ha pensado alguna vez en lo bueno que sería independizarnos y arrancar un proyecto propio. Llevar a cabo aquella idea que alguna vez tuvimos y que estamos seguros tendría mucho éxito. De hecho, las grandes empresas iniciaron sus actividades como pequeños negocios familiares.
¿Qué hace falta para echar a andar una idea propia? ¿Cuál es el primer paso? Si tu idea es iniciar una empresa propia, debes conocer paso a paso el proceso para arrancar tu aventura y conocer perfectamente el ABC del funcionamiento de una PyME.
Es común escuchar entre los emprendedores y empresarios de las Mipymes (micro, pequeña y mediana empresa) expresiones como: “no emprendo porque no tengo capital para hacerlo”, “es muy complicado establecer redes comerciales en México o exportar al extranjero” o “mi empresa crecería más si pudiera tener acceso a servicios de consultoría calificados”. Lo cierto es que existen programas por parte del Gobierno – federal y estatal – y de la iniciativa privada que han tenido un impacto importante en la competitividad del país y que serían de gran utilidad para las Mipymes. Sin embargo, estas iniciativas y apoyos han sido poco explorados por los emprendedores y empresarios.
Buenas ideas abundan entre los jóvenes, pero hacer que una idea de negocio se convierta en una empresa requiere un proceso de aprendizaje, gestión y capitalización que muy pocos pueden llevar adelante.
El primer obstáculo es la falta de experiencia en manejar una empresa, situación que, según estadísticas bien conocidas, provoca que el 80% de los negocios quiebren durante los dos primeros años de existencia. El segundo obstáculo es la falta de dinero.